sábado, 30 de diciembre de 2023

Cerrar ciclos

Hay historias que acaban, aunque tú no lo quieras y capítulos que, sin esperarlo, la vida se encarga de cerrarlos. Terminar historias que no van a ninguna parte, cortar relaciones que no aportan, apartar la toxicidad y dependencia. De eso va la vida, de cerrar ciclos y empezar otros nuevos. 

Este año lo he vivido de principio y fin, algunas de las personas con las que empecé el año, no lo acaban conmigo. Ha sido un año decisivo en cuanto a tomar decisiones, dejar de aguantar actitudes que no van a ningún lado, dejar de tratar a los otros, simplemente, por quedar bien o por todo lo que suponía un pasado común. El presente es hoy y como tal hay que vivirlo. Toca decidir empezar a vivir mi vida de forma egoísta, pensando en mí, que quien esté sea solo quién verdaderamente aporta, que suma y no resta. Y aceptarlo en paz, de una manera sana, asumiendo que mi realidad es otra y, por tanto, es lo que debo hacer para vivir en consonancia. Cerrar ciclos es necesario porque hay circunstancias o personas que, con el paso del tiempo, ya no encajan en tu vida como antes y hay que dejar espacio a lo que venga en el futuro. Nadie debería quedarse en un sitio donde no está a gusto, ni actuar por simple compromiso. Párate unos minutos y piensa, ¿estoy donde realmente me gustaría estar?, ¿qué necesito en mi vida ahora mismo?, ¿qué me aportan las personas de mi alrededor? Quizás es momento de reflexionar y tomar decisiones al respecto.

Es la vida la que pone personas en tu camino. Este año me he dado cuenta de que hay personas que llegan en el momento necesario, cumplen su función y, después, sin que te des cuenta, desaparecen. Se van por voluntad propia, pero quizás también es una señal de la vida de que esa persona ya hizo todo lo que tenía que hacer y no se queda más porque ya ha cumplido su misión. En mi caso, estar donde tenía que estar, en el preciso momento en que ocurrió un accidente, para salvar a lo más preciado que tengo. Siempre le estaré agradecida, hoy en día sé que no fue el azar la que la puso ahí, sino que esa era su misión y una vez hecho, como no tenía más que aportar, nuestros caminos se separaron.

¿De qué otra forma se cierran ciclos? Cuando consigues una meta, tras mucho esfuerzo y confianza depositada en ella. Por ejemplo, que tu equipo de fútbol consiga un ascenso también implica cerrar un ciclo y abrir uno nuevo, pues la situación cambia y la nueva meta también (lo siento, tenía que meterlo en mi resumen del año). Conseguir un nuevo empleo, viajar en busca de unas condiciones de vida mejores, abandonar tu zona de confort y emprender nuevos hábitos, mejorar tus relaciones sociales, cambiar tu estilo de vida... Un ciclo se cierra cuando el proceso ha terminado y solo quedan recuerdos, algo que nos conecta a esa etapa que ya terminó. Cerrarlo depende de uno mismo, por lo que se hará de manera consciente. En unos casos ocurrirá sin que nosotros lo decidamos, pero es responsabilidad nuestra encargarnos de cerrarlo de la mejor manera posible, aceptar y soltar porque algo mejor vendrá. 

¿Por qué es necesario cerrar ciclos? Porque con el paso de los años, todos cambiamos, nuestras prioridades cambian, hay cosas que antes eran esenciales y ahora pasan a un segundo plano, antes valorábamos más unas cosas y ahora otras... Al cerrar un ciclo, aceptamos el cambio, maduramos y nos abrimos actitudinal y mentalmente a una nueva etapa, que como el nuevo año, está a punto de comenzar.

"Cerrar ciclos es entender que, a pesar de que haya sido bueno, no siempre nos permite avanzar"

lunes, 25 de diciembre de 2023

Adviento 2023

Este año el calendario de adviento ha consistido en reflexionar acerca de una frase cada día. A continuación, las comparto con vosotros y os invito a pensar sobre ellas.

Día 1. "Por muy complicada que parezca la vida, siempre hay algo que puedes hacer. Donde hay vida, hay esperanza": De todo se sale, ningún problema dura eternamente, o se solventa o se acepta y se olvida. Siempre hay un motivo por el que seguir adelante, busca aquello que te motiva a continuar.

Día 2. "Relájate y confía": Las cosas se ven mejor desde la calma, desde una perspectiva relajada. Por eso, antes de tomar cualquier decisión, asegúrate de estar en paz contigo mismo y, sobre todo, confía en ti y en tus posibilidades.

Día 3. "Vive la vida que amas, ama la vida que vives": El secreto del éxito está en construir una vida a tu medida, disfrutando de lo que haces. Solo haciendo de tu vida tu pasión podrás amar lo que haces y, por tanto, valorar positivamente la vida que has elegido vivir.

Día 4. "No digas todo lo que piensas, pero piensa todo lo que dices": No podemos hablar sin filtro, decir todo lo que pensamos a cada momento no nos traerá nada bueno, al revés, crearemos lo llamado 'sincericidio'. Es muy importante pensar antes de hablar, ponernos en el lugar de la persona que va a recibir el mensaje, analizar y valorar las posibles consecuencias para determinar de qué manera haremos llegar el mensaje y buscaremos el modo en que sea lo más efectivo y asertivo posible. 

Día 5. "La verdadera belleza está en tu actitud": No hay nada que atraiga más que una actitud positiva, esto te conecta más a una persona que su belleza física. Tu personalidad, tu forma de ver la vida, va implícita a través de tu actitud.

Día 6. "Todo empieza con un primer paso": Es la clave para empezar cualquier proyecto, dar ese primer paso que a veces tanto nos cuesta, pero que tanto peso y valor tiene. La valentía de comenzar algo nuevo, con un simple paso que significa más de lo que podemos imaginar.

Día 7. "El tiempo que se disfruta es el tiempo vivido": El tiempo que merece la pena ser vivido, es el que disfrutamos y se compone de todos los momentos que compartimos, las experiencias que vivimos en primera persona y los hitos que permanecen para el recuerdo.

Día 8. "Cree en ti y todo será posible": Sólo tú con tus actos eres capaz de volver realidad tus sueños. Basta con creer en ti para poder transformar una ilusión, un anhelo, en algo real o, al menos, intentarlo.

Día 9. "Desconectar para conectar": La importancia de parar, despejar la mente para recargar pilas y, después, volver a retomar aquello que nos suponía un agobio en un principio. Nada como tomar un descanso para ver con más claridad lo que nos nubla el pensamiento. 

Día 10. "Nada vale más que tu paz interior": Siempre la paz mental debe ser tu prioridad, por ello, todo esfuerzo empleado en lograr alcanzarla merecerá la pena. Porque no hay nada más valioso que estar en paz con uno mismo.

Día 11. "Antes de juzgar, busca la verdad": No creas todo lo que oyes, a veces, las apariencias engañan. Antes de creerlas o dejarte llevar por lo que parece obvio, asegúrate y busca las evidencias que te llevan a la verdad.

Día 12. "Digas lo que digas, eres lo que haces": Tus actos son los que te definen, por mucho que tú pienses que eres de un modo y te describas así, sólo cómo actúes determinará quién eres en verdad.

Día 13. "La empatía es como la inteligencia, a quien le falta no se da cuenta": Cuando no valoras algo, es imposible echarlo de menos. En cambio, si te centras en lo verdaderamente importante y primordial para ti, siempre lo tendrás presente y lo buscarás en las personas con las que compartes tu vida. Porque hay valores esenciales que deben estar y nunca hay que perder. Sin embargo, no esperemos que gente que no comparte los mismos valores que nosotros, los sigan, ya que para ellos no existen, carecen de importancia.

Día 14. "Cuando sabes lo que vales, no te conformas con menos": Solo cuando eres capaz de darte tu lugar y valorarte, sabrás renunciar a aquello que no está a tu altura, sabrás diferenciar lo que mereces y lo que no y lucharás por conseguir lo que sí.

Día 15. "El cambio llega cuando eres capaz de soltar": En el momento en que te deshaces de todos esos malos pensamientos, de los sentimientos de culpa, de todo lo que te atormenta y que no tiene otra solución más, simplemente dejar marchar; aprendes a empezar de nuevo, construyendo una nueva vida a tu medida.

Día 16. "Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma": Cuando das muchas vueltas a algo que no depende de ti y que, por tanto, no tiene solución posible, te somete, te obliga a pensar constantemente en ello, entrando en un bucle del que es difícil salir. En cambio, si lo aceptas tal y como llega, sea bueno o malo, podrás transformarte, aprender de ello y continuar.

Día 17. "Tus hábitos determinan tus resultados": Si quieres lograr unos resultados determinados, deberán proponerte una rutina y seguir esos hábitos de forma constante y continuada. Nada llega caído del cielo, toda recompensa supone un esfuerzo previo.

Día 18. "No hables, actúa. No digas, demuestra. No prometas, cumple": Las palabras se las lleva el viento, de nada sirve decir ni prometer, si no se es consecuente con lo que se verbaliza, manifestándolo a través de acciones.

Día 19. "Más tarde se convierte en nunca. Hazlo ahora": Cuando se pospone mucho una acción, al final, nos invade la pereza y muchas veces se termina ignorando. Si algo te interesa de verdad, no lo dejes para otro momento, hazlo cuanto antes.

Día 20.  "El sol siempre sale para todos": A pesar de las dificultades, siempre hay un halo de esperanza. Tras la peor de las tormentas, siempre sale el sol.

Día 21. "Si aprendes de tus errores, jamás te habrás equivocado": Toda equivocación nos abre los ojos, nos ofrece un descubrimiento, que nos permite reflexionar y aprender de lo ocurrido para tratar de evitar que suceda lo mismo la próxima vez. Por tanto, equivocarse termina en un aprendizaje, por lo que no debe considerarse un error.

Día 22. "En lugar de suponer, pregunta": A veces es más fácil suponer, esperar que algo pase como tenemos pensado que ocurrirá y nos olvidamos de que quizás la otra persona no actúe del mismo modo en que nosotros lo haríamos. Por ese motivo, es fundamental no dar nada por sentado y, ante la mínima duda, preguntar para asegurarnos de qué es lo que se va a hacer.

Día 23. "Si no puedes expresarte en libertad, ahí no es": Si no te sientes libre, no podrás ser tú. Si vives en un contexto donde te controlan, te obligan a pensar y a actuar de un modo determinado, que no es el que tú quieres para ti, ahí no encontrarás tu felicidad ni te sentirás cómodo, pues no podrás ser tú mismo.

Día 24. "Para ser, hay que estar": La única forma de ser parte de algo, es estando presente, haciéndose notar. Sin una implicación directa real, no podrás pertenecer a un grupo concreto. 


¿Qué has aprendido este mes? 
Basada en tus experiencias, la frase del día 25 te corresponde elegirla a ti.

jueves, 9 de noviembre de 2023

Acoso

Cuánto daño ha hecho la frase "puedes conseguir todo lo que te propongas". No, no siempre puedes conseguir lo que te propongas. Cuando no depende sólo de ti, no será posible, por más que lo intentes. Cuando hay otra persona implicada que no quiere lo mismo que tú, por más esfuerzos que hagas, por más que lo intentes con todas tus fuerzas y por todos los medios posibles, por más que estés convencida de tus razones, por más que justifiques tus acciones... No se va a poder. ¿Por qué no? Porque una relación es cosa de dos personas. Por mucho que una parte quiera algo, si la otra no quiere lo mismo, no hay nada que hacer. Lo único que nos queda es aceptar que no puede ser y olvidarnos de esa idea. Este es el camino saludable, aceptar que unas veces se puede y otras no y respetar las decisiones que las personas tomen, aunque no sean las que deseamos.

¿Qué ocurre si a pesar de la negativa recibida seguimos y seguimos insistiendo, aunque la otra persona no quiera? Que solo nos hacemos daño a nosotras mismas, nos autoengañamos pensando que esta vez sí podremos y logramos que esas ganas, ese interés, se convierta en obsesión. Una obsesión cegadora, al ver muy claro el motivo y no ver más allá que el objetivo que nos hemos marcado y que nos lleva a cometer acoso. Buscar por todos los medios que nos hagan caso es un comportamiento infantil, ¿por qué no parar a reflexionar acerca de eso, en lugar de insistir para que nos hagan caso y nos den una razón que no tenemos? Esto no es más que una consecuencia de crear hijos caprichosos, acostumbrados a salirse siempre con la suya y tener todo lo que quieren cómo y cuándo lo piden. Después se vuelven adultos con las mismas exigencias a que sus demandas sean cumplidas y con cero tolerancia a la frustración. Una frustración que aumenta esas ganas de conseguir lo que se quiere y, por tanto, el acoso contra quién no cumple con su deseo.

Y después de todo el daño causado, la persona que no es consciente de que sus actos no son buenos, que no sabe que ese camino no es el adecuado porque, en su mente, sus motivos justificados hacen que todo a sus ojos sea correcto, ¿qué queda? Victimizarse. Porque al no conseguir su objetivo, no entender que la persona acosada se canse y se rebele, lo que queda es ofenderse y sentirse la víctima de todo un juego que ella misma ha comenzado. ¿Y qué queda por el otro lado, el de la persona que sufre el acoso? Mucha impotencia al sentir que no puede hacer nada para frenar todo el huracán. Tan solo tratar de seguir con su vida como si no pasara nada, quitándole la importancia y la gravedad que tiene, esperando que desista, aunque pasen los años y pase la vida.

Falta mucha cabeza, madurez y sensatez para poner coherencia en los actos y ser capaces de asumir responsabilidades. También menos egoísmo y más empatía para ser consciente de que nuestras acciones tienen consecuencias, abrir la mente, no quedarse solo en nuestras propias justificaciones y pensar en qué camino pueden tomar nuestras palabras y nuestras acciones.

"Al escribir la historia de tu vida no dejes que nadie más sostenga el lápiz"

miércoles, 28 de junio de 2023

Opiniones

Las opiniones, al igual que las personas, pueden cambiar. No porque un día en un momento determinado lances una reflexión en voz alta, ya significa que vas a opinar del mismo modo por siempre. La gente cambia, evoluciona y, con ella, sus puntos de vista son diferentes. A través de la experiencia aprendes a ver las cosas de un modo distinto al que lo hacías habitualmente. No es malo cambiar de parecer, para mí, peor es defender una idea prefijada con la que quizás ya no estás de acuerdo, solo para quedar bien o para no afrontar la nueva realidad que se te presenta. Los pensamientos van y vienen y tanto si son dichos como escritos, ambos tienen el poder de ser modificados en algún instante porque nada es para siempre.

¿Qué motivos nos llevan a cambiar de opinión? Son varios, principalmente, el que he señalado con anterioridad: la experiencia vivida. Aprender de las circunstancias y de los contextos en los que nos movemos. Solo cuando vemos y vivimos un hecho concreto en primera persona, es cuando realmente podemos establecer una relación entre la verdad y nuestros pensamientos. Conocer a otras personas, sus puntos de vista, acercarnos a una realidad diferente a la nuestra, ponernos por un momento en su piel, nos permite ampliar nuestros horizontes y, por tanto, cambiar o modificar nuestra opinión personal. También la madurez, a consecuencia de todo lo vivido, nos ayuda a ver las cosas de otro modo, a reinventarnos, rebelarnos y querer reivindicar algo determinado. Con el paso del tiempo nos volvemos más exigentes, no nos conformamos con cualquier cosa, cambian nuestras prioridades y, por lo tanto, también nuestra forma de pensar y actuar ante hechos relevantes.

¿Todas las opiniones son válidas? No, sólo las que se dicen con respeto, las que se muestran con empatía, las que no buscan dañar, sólo transmitir. Respeto al dar y también al recibir. De hecho, hay opiniones que recibimos sin pedirlas previamente, aquellas personas que viven diciendo cómo debe ser la vida de los demás, cómo tienen que pensar y actuar. Eso no son opiniones, aunque las disfracen como tal. La delgada línea entre opinión y crítica... Las críticas son buenas si son constructivas, si tienen un trasfondo detrás, si nos ayudan, pero si su única intención es herir y destruir, debemos desecharlas. 

Tampoco son válidas las opiniones que no son opiniones, sino que en realidad se trata de una manipulación encubierta, donde el único objetivo es "llevarte a su terreno" y transformar tu opinión en una equivocada para que sólo persevere y tenga lugar la de la persona que la manifiesta primero. "Mi respeto hacia tu opinión termina cuando intentas inculcarme la tuya, sin respetar la mía". La diversidad de opiniones es necesaria, pero siempre desde una perspectiva respetuosa y empática. Es importante que expresemos nuestras opiniones, no callarlas por lo que puedan pensar los demás, ya que nunca sabes si con ella vas a lograr transformar la visión de otros. Nuestra opinión acerca de algo, refleja nuestra personalidad y pone de manifiesto nuestra actitud ante la vida, por ello, debemos compartirla.

¿Por qué es importante tener sentido crítico? No podemos quedarnos estancados, es cómodo fluir y vivir la vida que otros tienen preparada para nosotros, pero así nunca daremos verdadero sentido a la vida ni participaremos de ella plenamente.  Sin sentido crítico será más fácil manipularnos y obedecer con los ojos cerrados, pero el precio que pagaremos será demasiado alto porque al no tener voz, perderemos toda oportunidad de que nos tengan en cuenta y evitar que nos pisoteen. Sólo nutriendo nuestra capacidad de pensamiento propio lograremos detectar y resolver problemas, así como, tomar nuestras propias decisiones, decidir sobre nosotros mismos, hacia dónde dirigir nuestra vida y actuar en consecuencia.

"El sabio puede cambiar su opinión. El necio, nunca"

domingo, 30 de abril de 2023

Compartir es vivir

 Compartida la vida se disfruta más, es cuando te das cuenta de que verdaderamente merece la pena. ¿De qué serviría vivir siempre en soledad, aislado del mundo?, ¿sin poder compartir con nadie tus experiencias, vivencias, estados de ánimo? Para sentirse vivo hay que vivir. Vivir en el pleno sentido de la palabra porque mucha gente vive al estar vivo, pero en realidad eso no es vivir. ¿Y qué es verdaderamente vivir? Disfrutar cada momento, compartir experiencias y anécdotas con los demás. Poner en común historias, hacer pequeñas escapadas, encuentros especiales juntos, celebrar la vida como se merece. Darle un auténtico significado y valorar qué es lo que nos hace felices. Todo compartido sabe mejor, ya sea en familia, con amigos, compañeros de trabajo... Cada logro se disfruta el doble.   

Desde pequeños nos inculcan valores como la generosidad, invitándonos a compartir nuestros juguetes o lo que tenemos con los demás. Compartir con el otro nos hace más humanos, empáticos y solidarios. No sólo el que recibe se nutre de ello, también el que da recibe a su vez la satisfacción de haber podido ayudar. ¿Qué beneficios tiene en nuestro día a día compartir con los demás?

Compartir para crecer: Acompañar en momentos que nos hacen ser mejores personas, superarnos cada día, madurar a través de la experiencias, dejar el egoísmo a un lado para volvernos empáticos, no sólo centrarnos en nuestros intereses, pensar también en los de los demás. 

Compartir es construir un mundo mejor entre todos y para todos, donde todos seamos pieza fundamental del puzle al que llamamos vida. Donde cada uno aportemos nuestro granito de arena y juntos formemos una gran montaña. Ser apoyo y cimientos, que aporten la fuerza y el equilibrio necesarios para afrontar el día a día. Dejarnos sostener cuando sintamos que no podemos más, ceder y permitir ser acompañados.

Compartir conocimientos y aprender juntos: Amplia tus horizontes, te ayuda a ver y comprender otros puntos de vista. Conocer experiencias similares o diferentes a las propias nos da la habilidad de ser capaces de ponernos en el lugar del resto y, así, desarrollar nuestra empatía. También se puede aprender de los conocimientos de los demás, ya que cada uno se ha especializado en un campo en particular y, aprovechando esa circunstancia, podemos nutrirnos todos de ello.

Fortalece las relaciones: Las enriquece mutuamente, a través de la comunicación. Es importante ser claros y transmitir, no solo lo que sentimos a cada momento, sino también lo que somos, nuestras necesidades. Sentirnos escuchados y también escuchar de forma activa a los demás, valorando lo que nos cuentan, participando en la conversación haciéndola dinámica, ofreciendo consejos en caso de que sean solicitados y compartiendo nuestro tiempo.

Te mantiene motivado y aumenta el positivismo: Cuando hay confianza y se está en un ambiente distendido, todo se vuelve más fácil, la conversación fluye sin necesidad de forzar que las cosas pasen, simplemente ocurren. Nadie planifica de qué hablar o qué compartir, sólo nos dejamos llevar y eso nos hace vivir en plenitud, disfrutar del momento y ver la vida con más optimismo porque nos sentimos seguros, las ideas van y vienen y la motivación perdura en el tiempo.

Desarrolla valores como la solidaridad o la generosidad. Compartiendo tiempo de calidad con los demás, obtenemos como recompensa una experiencia gratificante. 

Incrementa nuestra autoestima al sentirnos parte importante del todo y nacen nuevos proyectos porque al estar en un ambiente de seguridad y confianza, nos sentimos capaces de apostar por aquello que nos hace felices. También reduce el estrés, desaparecen los problemas porque al compartirlos ya no pesan tanto y nos llueven soluciones para poner en práctica.


"Todo lo que das a otras personas, te lo estás dando a ti mismo"

jueves, 30 de marzo de 2023

Nunca es tarde

Nunca es tarde para empezar de nuevo. Sabemos que la espera merece la pena, cuando volvemos con las fuerzas necesarias para afrontar nuevos retos. No importa el tiempo que pase, nunca será perdido porque mientras te encuentras escondido, buscándote a ti mismo, sabes que finalmente todo lo que has pasado, te habrá servido para hacerte mejor. Por lo tanto, no será perdido, sino invertido en ti, en una persona totalmente renovada, decidida y valiente.

Somos conscientes de que cada día muere y que, a su vez, cada día vuelve a nacer. Si uno es un infierno, nos queda el consuelo de que el siguiente no va a ser peor y que tenemos por delante más oportunidades para volver a intentarlo de nuevo. Dar carpetazo definitivo a aquello que no nos aporta nada positivo, sacar lo que nos hace mal, dar ese primer paso de un cambio sincero, que nos acerque a lo que queremos de verdad. Ser una persona mejor a la que fuimos hasta el día de hoy porque no hay que buscar ser mejor que nadie, hay que superarse a uno mismo.

Nunca es tarde para darnos esa segunda oportunidad. Cambiar nuestra forma de ver la vida, conocer gente nueva, abrirse a una realidad inédita, surcar nuevos horizontes y disfrutar, salir de la monotonía. Nunca es tarde para empezar un nuevo proyecto, volcar toda nuestra ilusión y dedicación en la consecución de nuevos objetivos. Metas que en un principio parecían inalcanzables, pero que con constancia, esfuerzo y fe se vuelven materiales y nos llevan al éxito profesional, junto con una transformación interna a la que llamamos crecimiento personal.

Nunca es tarde para aprender cosas nuevas, para poner en práctica nuevas habilidades, para probarnos y ver si somos capaces de aquello que tanto tiempo nos hemos negado. Porque hasta que no intentamos hacer algo, no vemos los resultados. Y es entonces cuando nos damos cuenta de que sí somos capaces de realizar aquello que durante tanto tiempo habíamos rechazado o nos habíamos negado, simplemente por no sentir que lo podríamos hacer, con excusas como "eso no es para mí".

Nunca es tarde para aprender a valorarnos, a priorizarnos, a amarnos más de lo que queremos a los demás. Dedicarnos un ratito al día a nosotros mismos, mimarnos, escucharnos, ser conscientes de todo lo que somos. Al igual que hacemos con elr esto, dedicarnos tiempo de calidad, regalarnos un momento de introspección donde nosotros seamos los protagonistas y nos brindemos toda la atención que merecemos.

¿Cuál es el mejor momento? Cuanto antes, no hay tiempo que perder.


Nunca es tarde para volver a empezar. Nunca es tarde para ser feliz. 

martes, 21 de febrero de 2023

Media naranja

 ¿Cuántas veces habremos escuchado la expresión de "encontrar tu media naranja"?  Muchas, ¿verdad? Pero, ¿nunca os habéis planteado por qué una naranja y no otra fruta u otro alimento? 

En realidad su origen se remonta a la Antigua Grecia. Se encontró en una obra de Platón titulada "El banquete", que trata sobre la búsqueda del amor. En ella, Aristófenes detalla que los humanos al ser tan perfectos tienen forma esférica y los compara con naranjas. Por ello, el amado pasa a ser esa media naranja que nos completa. En la historia, además, se iguala los humanos con los dioses. Por lo que Zeus, como Dios máximo del Olimpo, al no gustarle esto, mandó un rayo con los que cortar a estos 'hombres naranja' por la mitad, condenándolos así a buscar eternamente su otra mitad.

Dejando a un lado este curioso mito y reflexionando acerca de la fruta de la naranja, sus beneficios y estableciendo comparaciones con las relaciones de amor o amistad, os comparto mis propias conclusiones:

- Las naranjas contienen vitamina C. Sus beneficios son que contribuye al crecimiento y reparación de tejidos del cuerpo humano. Lo que bien podrían ser las heridas del alma, aquellas que se sanan poco a poco cuando conectas con alguien especial. Para que una pareja crezca, necesita de confianza, respeto y madurez, con la que irá ganando solidez. También a las personas especiales (ya sea pareja o amigos) las tendemos a llamar personas vitamina, las denominamos así porque nos aportan energía, fuerza, alegría, vitalidad y protección, son nuestro mayor apoyo, motivación y el aliciente necesario para seguir adelante, viviendo la vida con ganas. Además, los cítricos desintoxican nuestro organismo, así que lo que más necesitamos es vivir en plenitud, sin toxicidad a nuestro alrededor, con la tranquilidad de tener al lado solo cosas que nos aportan.

- Cuando quieres a alguien, implica aceptar al otro tal y como es, con lo bueno y lo malo. Por eso, podemos decir que el amor llega en todas sus vertientes, igual que debemos aceptar y valorar la naranja completa: dulce, ácida, agria, amarga, en zumo, cortada... Aprender a transformar nuestra visión, cambiar nuestra percepción, ver los defectos y no centrarnos únicamente en ellos, sino asimilar y ser capaces de darle la vuelta y verlos también como una virtud. Porque dentro de todo lo que a primera vista parece malo, se puede aprender y, tal vez, incluso se escondan cosas buenas de valor.

- Si por algo se caracterizas los cítricos es por la capacidad de exprimirlos hasta aprovechar todo de ellos. Si algo es necesario para nutrirnos y ser felices, es poder exprimir momentos juntos, convirtiéndolos, así, en recuerdos eternos. Valorar el tiempo que compartimos, aprovechar para percibir y conocer hasta lo más oculto de nuestro ser. Gajo a gajo, con calma, saboreando cada instante. Profundizar en nuestro autoconocimiento y también comprender a los demás, esforzarnos por sacar lo mejor de nosotros mismos, salir de la zona de confort y atrevernos a superarnos. Si todo esto, además, lo hacemos juntos la relación se fortalecerá. 

- La piel de la naranja es dura, difícil de romper con las manos, por lo que no se destruye con facilidad como una relación sólida. Esa capa protectora custodia un dulce corazón. Cada gajo que la forma es fácilmente separable, por lo que no se crea una relación de dependencia. La relación ideal no consiste en estar físicamente pegados las 24 horas del día, haciendo todo juntos, de manera sincronizada, sino ser capaces de construir rutinas independientes y combinarlas con momentos juntos. 

- Tal y como dice el mito: completar y ser naranja entera juntos. Es fundamental que ambas partes participen en la relación, dar y recibir es esencial, aunque no siempre sea a partes iguales. Hay días en los que según las circunstancias no es posible dar y recibir el 50% correspondiente, pero lo importante es participar y entre ambas partes formar ese 100%. Establecer un proyecto de vida juntos y trabajar en equipo, luchando por alcanzar sueños y metas compartidas. Ser presente y planificar un futuro a corto plazo y de manera razonable.


"Busca a tu media naranja que te ame, 
no media cebolla que te haga llorar 
ni medio limón que te amargue la vida"