lunes, 24 de junio de 2013

San Juan

"Las raíces de la celebración de la Noche de San Juan se pierden en el tiempo. Nuestros antepasados creían que el Sol estaba enamorado de la Tierra y se resistía a abandonarla. Y por ello comenzó a festejarse en la última noche de primavera, alrededor del 24 de junio, que es la más corta del año. A esto se unía la superstición de que ese día era el ideal para ahuyentar a los malos espíritus y atraer a los buenos..."

Esa famosa noche de San Juan se hizo una hoguera en la que quemar todo aquello que hace daño a las personas, aquello que les aprisiona y no les deja caminar. En este día quiero traer mi hoguera particular, en la que podamos convertir en cenizas todo lo que nos atormenta y, por tanto, de lo que necesitamos desprendernos.

Los recuerdos negativos, lo que circula en nuestra mente que queremos olvidar, errores imborrables que aún permanecen en nuestra memoria y no conseguimos abandonar. Las barreras, aquellos obstáculos que nos impiden continuar porque nos limitan, lo que no nos permite atravesar el camino y seguir andando mirando hacia adelante. Frases y con ellas personas que sólo nos hacen mal, las palabras que hieren y que se dicen sin pensar o con maldad con el fin de ofender o simplemente molestar y que tanto daño hacen. Compañías interesadas, falsos amigos que sólo están para lo bueno y en los malos momentos te dejan tirado, los que no pierden la oportunidad de dejarte en evidencia.

La culpabilidad, que quién la tenga le pesa de más. El rencor y la traiciónTodas las lágrimas que nos hicieron derramar injusticias y hostilidades. El silencio y el orgullo, actitudes de los que se creen superiores o se sienten, en algún momento, intocables. Las mentiras que me creí cuando desconocía la verdad, las falsas ilusiones que removieron mi conciencia. El miedo que siento cuando te oigo respirar o cuando noto que estás cerca. El motivo de la tristeza que esconde tu mirada...

sábado, 15 de junio de 2013

¿odiar? no, mejor ignorar

¿Seguro que odiar es lo contrario a querer?

Para mí lo contrario de querer no es odiar, sino sentir indiferencia porque es cuando realmente alguien sale de tu vida porque es cuando ya no dedicas tiempo a saber qué será de ella, puesto que ya no tienes interés ni curiosidad por aquella persona. Aún cuando las intenciones sean negativas, sigues invirtiendo tiempo y preocupaciones en ella. Sin darte cuenta piensas que eso te hace sentirte mejor, pero a la larga descubres que no. Es en ese momento cuando la frase del amor al odio hay un paso cobra sentido porque el cambio puede verse, hay algo diferente en el modo de actuar y de sentir, pero en el fondo la esencia sigue siendo la misma porque te sigue importando la otra persona.

Muchas veces las personas cuando nos sentimos decepcionadas con alguien pasamos de sentir atracción a sentir hostilidad contra aquello que nos provocó esa decepción. A menudo se asocia el odio contra personas, para mí lo correcto sería tenerlo contra esas actitudes que nos hacen cambiar la mentalidad. Quizás ese sea el odio que sentimos, pero lo magnificamos hasta límites que nos hacen odiar a la persona en su conjunto, llegando a tener esos deseos negativos hacia ella.

Por lo tanto, pienso que odiar solo es una pérdida de tiempo, un tiempo que no pienso dedicar a quien me hace estar mal, ni siquiera para detestarlo. A fin de cuentas, duele menos si ignoras y vives como si esa persona no existiera, que si te empeñas en hacerle la vida imposible, pues al final terminas haciendo imposible tu propia vida. Por todo ello, a nivel personal y bajo el punto de vista mental, considero que es más sano ignorar que odiar porque, de este modo, se vive mejor al no tener ningún tipo de ataduras con o contra alguien y te hace más capaz de vivir tu vida, dedicándote a ti mismo.