viernes, 22 de noviembre de 2013

Otoño

Lo más significativo de la llegada del otoño es la caída de las hojas de los árboles. Esto simboliza el paso del tiempo, momentos de cambios. Una ráfaga de viento se lleva las hojas, se lleva lo malo, lo aparta de nuestro lado. Las hojas simbolizan nuestras debilidades ya que son fácilmente dominables. Caen porque es necesario deshacerse de ellas y dejar hueco para que aparezcan nuevos proyectos con los que poder comenzar de nuevo, con fuerza y decisión.

Al igual que el viento se lleva lo que no necesitamos, también nos devuelve viejos recuerdos. Caminando en soledad, un soplo de aire nos puede conducir directamente al pasado, un recuerdo, una añoranza. Nuestros pies sumergidos en un montón de hojas, evocan los pasos que seguimos y la dificultad que hay que superar para alcanzar las metas propuestas.
La lluvia también se hace presente en esta estación. Las gotas de agua, al caer, chocan contra el cristal y dejan empañados en él momentos que nos marcaron o dejaron huella por un motivo especial. Tal y como las gotas dejan su rastro, estos recuerdos se hacen notar en nuestra memoria y, por ello, regresan a nuestros pensamientos, a veces sin quererlo.

Nuevos colores cubren el paisaje, tonos cálidos como el rojo, amarillo, naranja y marrón que tiñen los campos, hacen que el frío que trae noviembre sea menos intenso al admirar y sentirse parte de un rincón así de mágico.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Flores

"Te mando flores que recojo en el camino, te las mando entre mis sueños porque no pueblo hablar contigo"

Con la llegada de este día, se produce una lluvia de flores con la que decorar cementerios o lugares en los que perdieron la vida nuestros seres queridos. Es una forma de recordarlos y me apena la gente que dice que solo es materialismo, se centran sólo en lo que supone comprar flores, pero no se paran a pensar en el significado que pueden tener o que podemos otorgar a las flores. Para mí, es una manera de dar color, dar vida a algo apagado. Además, cuando una flor se marchita y se cambia por otra sana, es comparable a una forma de renacer, de dar sentido y de renovar nuestros pensamientos, llenarlos de buenos recuerdos y cuidar a aquellos que los reciben.

También se dice, y no le quito razón, que se deberían regalar flores con frecuencia cuando la persona aún está viva y no esperar a hacerlo un día. Sin embargo, pienso que este día es importante, es importante tener aunque sea un día clave en el que poder recordar a todas las personas que ya no están y hacerles un pequeño homenaje por lo que fueron y lo que nos dejaron. Porque eso no implica que no sean recordados a diario o que no podamos tener este tipo de detalles el resto de días del año. Simplemente creo que tradiciones así no se deben perder. Es una forma de declarar el afecto que seguimos teniendo hacia personas que ya no están, en estos casos el silencio acompañado del recuerdo y un breve y bonito gesto son suficientes. Por lo que no lo veo mal ni tampoco como algo materialista, ya que no tienen porqué ser únicamente flores, sino que cualquier detalle sirve, el caso es renovar el recuerdo.

A la hora de elegir flores con las que demostrar estos sentimientos, quizás la más demandada es el clavel y es que representa la belleza, admiración y gratitud, por lo tanto creo que es la que recoge lo más bonito que se puede sentir hacia alguien. Las margaritas recuerdan la pureza y la niñez, muchos de mis recuerdos o mejor dicho, los más significativos con aquellos que ya no están, pertenecen a esa época. Así que concluyo que la mezcla de ambas flores es la más completa, al menos para mí.