sábado, 14 de noviembre de 2015

Pon un sol en tu vida

El SOL, la mayor de las estrellas. Brilla sólo por el hecho de existir, al igual que las personas, que ofrecen lo mejor de sí mismas siendo auténticas e iluminan los días con su presencia para que no se vuelvan grises y tristes. Da calor con su cercanía, nos abriga en los días más fríos. Esos soles que conocemos nos arropan cuando nos sentimos solos, nos regalan su cariño, se preocupan por nuestro bienestar y están atentos para cubrir nuestras necesidades. El sol da vida. Es una parte fundamental en el desarrollo de los seres vivos, por ejemplo, todos sabemos que es clave en el proceso de la fotosíntesis en las plantas, pues las nutre. Nuestros soles también nos alimentan, renovando nuestra energía y nuestra persona consiguen transformarnos, volvernos más fuertes.

Nos hace sonreír. Nos aporta una alegría especial. Desde pequeños, los niños siempre lo dibujan en el cielo (la mayoría de las veces sonriendo) cuando se les pide que hagan un dibujo, ¿por qué será? Los niños tienen esa vitalidad inconfundible que los hace estar activos y alegres, sin pensar ni preocuparse por nada... ¡qué sencillo es vivir así! Admiro esa etapa de la vida, creo que todos deberíamos seguir su ejemplo y no atormentarnos tan fácilmente.

Necesitamos poner un sol en nuestras vidas, un sol lleno de luz, optimismo y felicidad, que atraiga los buenos momentos, la ilusión y las ganas de vivir exprimiendo cada día. Un sol con rayos de esperanza, de sonrisas contagiosas con las que llenar el mundo de color y dar vida a la vida. Un sol que brille y haga brillar a los demás.


¡Dibuja un sol en tu vida!